Microbioma intestinal y envejecimiento

Microbioma intestinal y envejecimiento

El microbioma es el conjunto de genes de los organismos microscópicos (microorganismos) presentes en nuestro organismo. Diversos estudios han demostrado que el microbioma influye poderosamente tanto en nuestra salud, como en nuestro envejecimiento, por lo que debemos aprender a cuidarlo.

Índice

¿Qué es el microbioma?

En nuestro organismo se encuentra una multitud de microscópicos seres vivos como virus, bacterias, protistas, hongos, parásitos, arqueas… que forman la microbiota buena y mala que nos coloniza, desde la boca hasta la piel. Existen muchos de estos microorganismos en todos los seres humanos. Las estimaciones oscilan entre una proporción de 10: 1 a 1: 1 entre la microbiota normal y nuestras propias células humanas.

El microbioma es el conjunto de todas estas microbiotas. El intestino tiene la mayor concentración de estos microorganismos, por eso la microbiota o flora intestinal es el centro de la mayoría de las investigaciones sobre microbiomas (aunque el microbioma de la piel también es muy interesante).

Cumple funciones importantes en la digestión, el metabolismo, el sistema inmunológico, la producción de vitaminas y la protección contra microorganismos patógenos.

El equilibrio del microbioma es crucial para mantener una buena salud. Cuando el microbioma está desequilibrado, es decir, hay una disminución de la diversidad o un aumento de ciertos microorganismos dañinos, puede estar asociado con diversas condiciones y enfermedades, como trastornos digestivos, enfermedades metabólicas, problemas de la piel, trastornos del estado de ánimo y enfermedades autoinmunes.

La composición del microbioma puede ser influenciada por diversos factores, incluyendo la genética, la dieta, el estilo de vida, el entorno y el uso de medicamentos como los antibióticos. Además, el microbioma puede cambiar a lo largo de la vida, desde el nacimiento hasta la vejez.

¿Qué hace el microbioma intestinal?

En las personas sanas, el microbioma intestinal es una colonia de microorganismos que funciona como parte de su sistema inmunológico, lo protege de los alimentos tóxicos y sintetiza algunas vitaminas.

El sistema inmunológico está formado por linfocitos, neutrófilos, monocitos/macrófagos y moléculas que nos protegen de las enfermedades. Está diseñado para responder y protegerse de las amenazas, en particular los microbios. Nuestro sistema inmunológico no hace ese trabajo solo, sino que ha desarrollado una relación simbiótica con nuestro microbioma intestinal, lo que permite que los microbios "buenos" vivan pacíficamente en nuestro sistema digestivo. Esta relación mutualista se ve subrayada por el hecho de que hasta el 80% de las células inmunitarias del cuerpo se pueden encontrar en el intestino.

El intercambio entre el sistema inmunológico y el microbioma es el siguiente: el sistema inmunológico proporciona un entorno estable para que florezcan los microbios "buenos". A cambio, el microbioma apoya el desarrollo de las células inmunitarias y ayuda a coordinar las respuestas inmunitarias.

Su papel en la digestión tampoco puede subestimarse. Los azúcares como el azúcar refinado y la lactosa (azúcar de la leche) se absorben rápidamente en la parte superior del intestino delgado, pero los carbohidratos más complejos, como los almidones y las fibras, no se digieren tan fácilmente y pueden viajar más abajo al intestino grueso. Allí, la microbiota ayuda a descomponer estos compuestos con sus enzimas digestivas. La fermentación de fibras no digeribles provoca la producción de ácidos grasos de cadena corta (AGCC) que el cuerpo puede utilizar como fuente de nutrientes, pero que también desempeñan un papel importante en la función muscular y posiblemente en la prevención de enfermedades crónicas, incluidos ciertos cánceres y trastornos intestinales. Los estudios clínicos han demostrado que los AGCC pueden ser útiles en el tratamiento de la colitis ulcerosa, la enfermedad de Crohn y la diarrea asociada a los antibióticos.

No obstante, también puede haber problemas con que el microbioma intestinal sea una variable determinante en nuestra digestión.

Por ejemplo, un estudio, publicado en Nature en 2019, encontró que el microbioma intestinal puede afectar la forma en que digerimos una gran cantidad de medicamentos, incluidos tratamientos comunes como Cardizem (que se usa para la hipertensión) y Prozac (antidepresivo). En otras palabras, la capacidad de respuesta a los medicamentos puede verse obstaculizada o inutilizada dependiendo de la variabilidad de nuestro microbioma intestinal, lo que podría explicar por qué no respondemos todos igual a los fármacos.

¿Cómo afecta el microbioma al envejecimiento?

La disfunción de la barrera intestinal y la inflamación crónica derivada del intestino juegan un papel crucial en el envejecimiento humano y la salud.

La homeostasis intestinal parece ser un factor determinante para un envejecimiento saludable. Una mayor permeabilidad intestinal y una inflamación crónica de bajo grado vinculadas a la endotoxemia persistente derivada del intestino juegan un papel crucial en una variedad de enfermedades crónicas relacionadas con la edad. Además, los cambios de composición de la microbiota intestinal asociados con la edad parecen interactuar con varias transiciones fisiológicas y patologías.

Es muy interesante un estudio de 2017 realizado con killis, unos pequeños peces que se encuentran en arroyos, estanques y ríos de todo el mundo. Estas pequeñas criaturas viven solo unos pocos años, aunque algunas especies, como el killis turquesa africano, viven solo tres cuartos de año. Alcanzan la madurez sexual a las pocas semanas de edad.

Su esperanza de vida relativamente corta los convierte en los sujetos perfectos para los estudios de extensión de la vida. Por eso, los investigadores quisieron comprobar si el microbioma podría contener algunos secretos para la longevidad. El experimento fue simple: recolectaron killis turquesas africanos e intercambiaron el microbioma de los peces más jóvenes por los más viejos. O más exactamente, drenaron a los peces de mediana edad de su propio microbioma y luego dejaron caer las tripas de los peces más jóvenes en agua esterilizada para que los peces de mediana edad las digirieran. Luego repitieron el proceso al revés para las tripas de los peces más viejos y los peces jóvenes.

Los killis no se deleitaron con las entrañas flotando en su tanque, pero lo probaron para ver si era comida o no y lo escupieron. Ese proceso fue suficiente.

Curiosamente, no hubo efectos notables por el mordisco de los killis jóvenes en el microbioma de los killis de mediana edad.

Pero después de seis semanas, el microbioma del pez de mediana edad coincidía con el del pez más joven. Increíblemente, también vivieron un 37% más que el grupo de control. Y comenzaron a actuar como si tuvieran más tiempo de vida, con más energía tal como lo haría un pez joven.

En años humanos, un hallazgo como ese cambiaría la edad promedio de muerte en los Estados Unidos de aproximadamente 80 años a 110 años.

Por supuesto, los humanos no somos killis. Pero este estudio, junto con varios otros que relacionan el microbioma con el Alzheimer, ciertos cánceres y la degeneración del sistema inmunológico en otros estudios con animales, muestra que la investigación del microbioma puede tener una clave importante para vivir mucho más tiempo en los humanos.

¿Qué determina nuestro microbioma intestinal?

El ADN de cada individuo determina solo el 2% de su microbioma intestinal, lo que puede deberse a que los humanos se exponen a los factores ambientales con bastante rapidez. Desde el canal de parto de la madre hasta la leche materna, los bebés comienzan a desarrollar el modelo de su microbioma adulto desde que nacen. El proceso de desarrollo del microbioma ha sido bien documentado desde el nacimiento hasta los tres años y en los adultos, pero todavía hay mucho que aprender sobre el desarrollo del microbioma en la infancia.

El estilo de vida y los factores ambientales explican la gran mayoría de las diferencias de microbiomas:

  • Movimiento y ejercicio físico
  • Medicamentos
  • Niveles de estrés
  • PH del agua potable
  • Horas de sueño
  • Exposición al humo y pesticidas

Cuanto más diverso sea el microbioma, más saludable será esa persona. Si bien a menudo se presenta la dieta como el factor decisivo en la diversidad del microbioma, la realidad no es tan simple. Los estudios demuestran que la nutrición puede determinar entre el 5 y el 20% del microbioma intestinal, lo cual es suficiente para preocuparse, pero no lo suficiente como para confiar en él como el único determinante de la salud del microbioma.

Otro factor determinante es la edad cronológica, que se correlaciona significativamente con la diversidad del microbioma. Es decir, a medida que envejecemos, la salud de nuestro microbioma disminuye y pueden aparecer enfermedades como el síndrome metabólico, la osteoartritis, la EII y la enfermedad de Alzheimer.

¿Cómo podemos mantener el microbioma saludable y diverso?

Por el momento, no se sabe con seguridad cómo se puede cambiar el microbioma o cuánto podemos cambiarlo. Los trasplantes de microbiota fecal son prometedores para cambiar el microbioma, pero no hay suficiente investigación sobre los impactos a largo plazo.

En cuanto a los probióticos, se han realizado muchas investigaciones de medicina al respecto, pero queda mucho por aprender sobre si son útiles y seguros para diversas afecciones de salud. Por ejemplo, se han mostrado prometedores para una variedad de propósitos de salud, incluida la prevención de la diarrea asociada a los antibióticos, la prevención de la enterocolitis necrotizante y la sepsis en bebés prematuros, el tratamiento del cólico infantil, el tratamiento de la enfermedad periodontal y la inducción o mantenimiento de la remisión en la colitis ulcerosa.

Sin embargo, en la mayoría de los casos, todavía no sabemos qué probióticos son útiles y cuáles no. Tampoco sabemos qué cantidad de probióticos tendrían que tomar las personas o quiénes serían más propensos a beneficiarse. Incluso para las afecciones que más se han estudiado, los investigadores todavía están trabajando para encontrar las respuestas a estas preguntas.

En otras palabras, el microbioma puede contener algunas pistas sobre la longevidad, pero no estamos seguros de cómo cuantificarlo y/o manipularlo.

Un consejo importante: para que los probióticos comunes tengan un mínimo de eficacia, deben cumplir dos condiciones:

a) Normalmente, deben mantenerse refrigerados y en cadena de frío. Si no es así, el segundo punto es aún más importante, porque las bacterias pierden viabilidad si no están refrigeradas.

b) Deben tener una cantidad de bacterias vivas muy alta. ¿Cómo de alta es una cifra “muy alta”? Como decimos en nuestro Ebook sobre Nutrición y suplementación:

“Los probióticos normalmente tienen entre 30 y 120 mil millones de unidades formadoras de colonias (UFC): 3x10^10. Suena como una cifra impresionante, ¿a que sí? (¡30000000000!). Sin embargo, si consideramos que solo la flora microbiana de nuestro colon está conformada por aproximadamente 3.8 × 10^13 (38000000000000), en realidad es una cifra irrisoria (el 0,07% del total)".

Una investigación ha demostrado la importancia que tiene la enzima fosfatasa alcalina intestinal (IAP) para inhibir los mediadores inflamatorios y también parece ser un importante regulador positivo de la función de barrera intestinal y la homeostasis microbiana. Esta enzima puede desempeñar un papel fundamental en la regulación del proceso de envejecimiento. La IAP se expresa en los enterocitos del intestino delgado proximal y se sabe que su actividad disminuye con la edad, lo que puede influir en muchas enfermedades asociadas al envejecimiento.

En ratones, hay un aumento relacionado con la edad en la permeabilidad intestinal que se acompaña de aumentos en la inflamación sistémica y venosa portal derivada del intestino. Todos estos fenotipos fueron significativamente más pronunciados en animales deficientes en IAP.

La suplementación con IAP oral disminuyó significativamente la permeabilidad intestinal relacionada con la edad y la inflamación sistémica derivada del intestino, dio como resultado una menor fragilidad y una vida útil más prolongada. Además, la suplementación con IAP se asoció con la preservación de la homeostasis de la microbiota intestinal durante el envejecimiento. La suplementación con IAP a largo plazo reduce la fragilidad y aumenta la vida útil de los ratones y previene los cambios de composición de la microbiota intestinal relacionados con el envejecimiento.

Por lo tanto, la IAP parece preservar la homeostasis intestinal en el envejecimiento al dirigirse a alteraciones intestinales cruciales, incluida la disfunción de la barrera intestinal, la disbiosis y la endotoxemia. La suplementación con IAP oral puede representar una nueva terapia para contrarrestar el estado inflamatorio crónico que conduce a la fragilidad y las enfermedades relacionadas con la edad en los seres humanos.

Consejos para mantener el intestino sano

Muchas personas conviven con problemas intestinales como dolor de estómago, hinchazón, estreñimiento, acidez estomacal, síndrome del intestino irritable u otros problemas durante toda su vida. Asumen que es "normal" sentirse así. Sin embargo, pueden ser un signo de desequilibrio del sistema digestivo. Afortunadamente, hay muchas cosas que podemos hacer para mejorar la salud de nuestro intestino.

1- Reducir la permeabilidad intestinal. La permeabilidad intestinal afecta a la capacidad para evitar la entrada de sustancias extrañas en el cuerpo y ayudarlo a funcionar bien.

2- Preparar comidas saludables.

3- Reducir el estrés.

4- Hacer ejercicio de forma suave, pero constante.

5- Identificar sensibilidades alimentarias.

6- Comer alimentos probióticos.

7- Considerar los suplementos cuando sea necesario. Las vitaminas, incluidas la vitamina D y las vitaminas B naturales, y los minerales como el zinc y el magnesio pueden ser útiles para reparar el intestino.

8- Tomar un poco de sol.

9- Meditar.

10- Incluir en la dieta alimentos curativos como caldo de hueso, alimentos fermentados y bacterias beneficiosas, especias y hierbas, alimentos proteicos, alimentos ricos en zinc, tés, alimentos ricos en magnesio como verduras de hoja verde.

11- Mantener un horario regular de las comidas.

12- Eliminar los factores desencadenantes de los desequilibrios intestinales. Los más comunes incluyen el gluten, los lácteos y la soja. Al eliminar los desencadenantes que causan la inflamación, el revestimiento intestinal puede curarse.

13- Evitar los alimentos procesados.

En resumen, es muy importante cuidar nuestro intestino, ya que está conectado con todos nuestros órganos (piel, cerebro, hígado, corazón, sistema nervioso, músculos), así que sigue estos consejos.

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Ideas clave

  • En nuestro organismo se encuentra una multitud de microscópicos seres vivos como virus, bacterias, protistas, hongos, parásitos, arqueas… que forman la microbiota buena y mala que nos coloniza. El microbioma es el conjunto de todas estas microbiotas.
  • En las personas sanas, el microbioma intestinal es una colonia de microorganismos que funciona como parte de su sistema inmunológico, lo protege de los alimentos tóxicos y sintetiza algunas vitaminas.
  • La disfunción de la barrera intestinal y la inflamación crónica derivada del intestino juegan un papel crucial en el envejecimiento humano y la salud.
  • La homeostasis intestinal parece ser un factor determinante para un envejecimiento saludable.
  • El ADN de cada individuo determina solo el 2% de su microbioma intestinal, lo que puede deberse a que los humanos se exponen a los factores ambientales con bastante rapidez. El estilo de vida, el strés, los medicamentos, el sueño, la exposición a pesticidas... influyen mucho en el microbioma de cada uno.
  • Cuanto más diverso sea el microbioma, más saludable será esa persona.
  • Los probióticos son buenos para el microbioma, así como la suplementación con enzima fosfatasa alcalina intestinal (IAP).
  • Para mantener el intestino sano y joven debemos alimentarnos sanamente, reducir el estrés, hacer ejercicio, tomar probióticos y suplementos, meditar, mantener un horario regular de las comidas, etc. 

Enfermedades relacionadas

Fuente:

  • Kühn F, Adiliaghdam F, Cavallaro PM, Hamarneh SR, Tsurumi A, Hoda RS, Munoz AR, Dhole Y, Ramirez JM, Liu E, Vasan R, Liu Y, Samarbafzadeh E, Nunez RA, Farber MZ, Chopra V, Malo MS, Rahme LG, Hodin RA. Intestinal alkaline phosphatase targets the gut barrier to prevent aging. JCI Insight. 2020 Mar 26;5(6):e134049. doi: 10.1172/jci.insight.134049.
 
  • Zimmermann, M., Zimmermann-Kogadeeva, M., Wegmann, R. et al. Mapping human microbiome drug metabolism by gut bacteria and their genes. Nature 570, 462–467 (2019). https://doi.org/10.1038/s41586-019-1291-3
 
  • Johnson AJ, Zheng JJ, Kang JW, Saboe A, Knights D and Zivkovic AM (2020) A Guide to Diet-Microbiome Study Design. Front. Nutr. 7:79. doi: 10.3389/fnut.2020.00079

Redacción: Irene García

Supervisión editorial: Tomás Duraj

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