¿Cómo afectan las emociones a nuestra salud intestinal?

¿Cómo afectan las emociones a nuestra salud intestinal?

Un estudio ha demostrado que la diversidad microbiana intestinal se asocia con un mayor bienestar emocional, un afecto particularmente positivo y redes sociales más amplias. De igual modo, nuestra salud emocional puede afectar a nuestra salud intestinal. Parece que es un camino de doble sentido.

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¿Cómo afectan nuestras emociones a nuestra salud?

Muchos estudios han demostrado la relación entre una mente positiva y la calidad de vida. No se trata de pensar en positivo como una cuestión de fe o ingenuidad, sino de ser justos con los hechos y valorar las cosas buenas al menos en la misma medida que lo hacemos con las negativas.

Los pensamientos positivos, las emociones agradables, la actitud proactiva y serena y las conductas dirigidas a alcanzar las metas y objetivos propuestos generan una sensación de bienestar que se retroalimenta poniendo en marcha un circuito de positividad que además se traslada a otras personas y a nuestro ambiente en general.

La mente, que funciona por asociaciones y probabilidades, generará esta tendencia de pensamiento, haciendo que esta sea la nuestra habitual. Esto, además de la repercusión externa que pueda tener, también tiene su impacto a nivel fisiológico y cerebral. No sometemos a nuestro cerebro a sobreesfuerzos con la carga energética que eso conlleva y, sin embargo, adquirimos un modo de vida fácil y, por tanto, saludable.

Cada pensamiento generado en nuestra mente dispara unos neurotransmisores en el cerebro que serán los que guíen nuestra respuesta. Neurotransmisores como la adrenalina, que está implicada en la supervivencia, nos mantendrá alerta y preparados para el peligro, por tanto, el cerebro se verá sometido a un esfuerzo. Cuantos más esfuerzos y sobrecargas sumen nuestro cerebro a lo largo de nuestra vida, mayor será el deterioro y también más precoz, de la misma manera que no se conserva igual una persona de 60 años que haya trabajado en el campo, arando, bajo las temperaturas extremas, sometiendo a su cuerpo a un gran desgaste físico, que otra persona de la misma edad que haya estado en una oficina, sentada, con aire acondicionado y con un horario reducido con tiempo para descansar.

Los pensamientos positivos aumentan la longevidad fortaleciendo el sistema inmune, mejorando la salud cardiovascular, reduciendo el estrés y la probabilidad de sufrir depresión.

Con un modo de pensamiento optimista ante cualquier adversidad la persona visualizará cómo superarlo y, por tanto, generará modos de afrontamiento, poniendo en marcha activamente sus recursos para que así sea. Por este motivo se reducen las emociones relacionadas con el estrés y con la depresión.

Según un estudio realizado a lo largo de 8 años centrado en mujeres, las personas optimistas tienen un riesgo notablemente menor de morir por enfermedades graves como cáncer, enfermedades cardíacas, accidente cerebrovascular, enfermedad respiratoria e infección en comparación con los menos optimistas.

La influencia que las emociones ejercen sobre el sistema autónomo e inmunológico, las emociones desagradables y la inhibición de su expresión, se consideran el origen, mantenimiento y agravamiento de problemas de salud.

Emociones como la ira, la rabia, la hostilidad y el estrés se han relacionado con enfermedades coronarias y otras como la tristeza, la melancolía o la propia inhibición de las emociones con predisposición al cáncer.

Aunque estas asociaciones están plagadas por una miríada de factores de confusión, parece lógico que una persona optimista (o capaz de afrontar las dificultades de la vida con mayor filosofía), también tendrá más probabilidades de cuidar más su salud, alimentarse mejor, realizar actividad física, mitigar y corregir sus problemas de salud, y tener más apoyo social y familiar en tiempos difíciles.

¿Pueden las emociones afectar también a nuestra salud intestinal?

Todos nos hemos sentido solos en algún momento de nuestras vidas, pero estar solo no significa necesariamente que uno se sienta solo. Las investigaciones muestran que las personas que se entregan al "tiempo para mí" son más creativas, más productivas y experimentan un crecimiento más personal. Más bien, la soledad es impulsada por una necesidad innata de conexión social frente al aislamiento o una falta de intimidad percibida.

Con el tiempo, la soledad crónica puede exacerbar o incluso causar problemas de salud mental, incluida la depresión. La soledad también es un factor de riesgo de problemas de salud como la inflamación crónica e incluso la muerte prematura.

La soledad también puede nublar la capacidad para encontrar alegría y significado en la vida. La sabiduría, según otras investigaciones, puede servir como factor protector contra la soledad. Un estudio de neurociencia, por ejemplo, sugiere que puede haber un elemento neurobiológico en esto: la actividad cerebral para procesar la soledad parece ser todo lo contrario a cómo se procesa la sabiduría.

Este es el primer estudio que muestra que la soledad y la sabiduría, incluido su importante componente de compasión, están relacionadas con la diversidad y composición microbiana intestinal.

Para llevarlo a cabo, se estudiaron muestras de caca de 184 personas y observó cuántos tipos diferentes de microbios intestinales tenía cada persona en su microbioma o flora intestinal, es decir, el ecosistema de pequeños organismos y virus que existen en el intestino. Los participantes del estudio también respondieron preguntas de los investigadores para medir sus sentimientos de sabiduría, compasión, soledad, apoyo social y compromiso social.

Las personas con los microbiomas más diversos tendían a clasificarse a sí mismas en un lugar destacado en la escala de compasión, apoyo social, compromiso social y sabiduría. De hecho, el grado en que los participantes calificaron su compasión y sabiduría fue el mayor predictor del grado de diversidad microbiana.

Los participantes que se calificaron a sí mismos como altos en la medida de la soledad también tendieron a tener los microbiomas intestinales más homogéneos, pero este grupo de personas también tendió a ser mayor que el promedio del grupo de estudio.

En resumen, el estudio sugiere que las personas solitarias "pueden ser más susceptibles a desarrollar diferentes enfermedades", dicen los autores del estudio, mientras que tener un círculo social fuerte, así como un mayor sentido de compasión y sabiduría, puede ofrecer "protección contra la inestabilidad intestinal relacionada con la soledad”, especialmente en la vejez.

Se ha demostrado que el aumento de la diversidad microbiana intestinal se asocia con un mayor bienestar emocional, un afecto particularmente positivo y redes sociales más amplias.

Los amplían los hallazgos anteriores, demostrando que la soledad subjetiva o el aislamiento social percibido y el apoyo social, más allá del tamaño objetivo de la red social, están asociados y pueden influir en la diversidad del microbioma intestinal. Además, observamos una relación entre la diversidad alfa (la riqueza biológica de un determinado hábitat) y la compasión y el compromiso social, lo que sugiere que las actitudes y actividades prosociales pueden influir positivamente en la diversidad microbiana o viceversa.

Este estudio es importante porque implica que la mente y el cuerpo están en sintonía entre sí de una manera que los científicos apenas están empezando a comprender.

En este caso, la dirección de la conexión entre la emoción y el intestino aún no está clara: ¿las emociones influyen en el intestino o viceversa? ¿O es una calle de doble sentido?

¿Por qué ciertas emociones están relacionadas con la salud del microbioma?

Se desconocen los mecanismos por los cuales la soledad, la compasión y la sabiduría pueden relacionarse con la diversidad microbiana intestinal. Por lo general, se cree que la diversidad alfa reducida representa una peor salud física y mental, ya que la diversidad microbiana baja se ha asociado con diversas enfermedades, como la obesidad, la enfermedad inflamatoria intestinal y el trastorno depresivo mayor.

Es poco probable que la relación entre la soledad y la diversidad microbiana se deba únicamente a la salud física o la depresión, ya que ni los síntomas depresivos ni el bienestar físico autoinformado se asociaron con la diversidad alfa en esta muestra.

Una comunidad rica en especies puede ser menos susceptible a la invasión de patógenos exógenos y conferir resistencia y estabilidad.

La soledad puede hacer que la riqueza del microbioma intestinal sea menor, lo que puede a su vez reducir la resistencia y la resiliencia del organismo ante el estrés, causando problemas como una inflamación sistémica que aumenta el riesgo de enfermedades.

Las comunidades bacterianas con baja diversidad alfa pueden no manifestar una enfermedad manifiesta, pero pueden ser menos que óptimas para prevenir la enfermedad. Por lo tanto, las personas solitarias pueden ser más susceptibles a desarrollar diferentes enfermedades.

De acuerdo con un trabajo anterior, la edad se correlacionó negativamente con la soledad y positivamente con la sabiduría, de modo que las personas mayores se sentían menos solas y más sabias. Sin embargo, los análisis que examinaron el efecto moderador de la edad revelaron que una mayor soledad se asoció con una menor diversidad alfa en los adultos mayores, pero no en los adultos jóvenes/de mediana edad, lo que sugiere que los adultos mayores pueden ser especialmente vulnerables a las consecuencias de la soledad relacionadas con la salud.

Por otro lado, el apoyo social, la compasión y la sabiduría pueden conferir protección contra la inestabilidad del microbioma intestinal relacionada con la soledad. La evidencia previa sugiere que el apoyo social percibido puede amortiguar los efectos negativos del estrés crónico sobre los marcadores proinflamatorios. Esos efectos pueden estar mediados por el microbioma intestinal. Una hipótesis alternativa es que el microbioma puede ayudar a moldear el comportamiento social, lo que podría conducir al aislamiento social y la soledad o contribuir a la sabiduría, lo que puede evitar la soledad. Los estudios en animales sugieren que la microbiota intestinal puede influir en el comportamiento y las interacciones sociales, aunque esta hipótesis debe explorarse más en los seres humanos.

Las diferentes dimensiones de la sabiduría se asociaron con la diversidad y composición del microbioma. Los resultados de la diversidad alfa indican que el aumento de la autorreflexión, la capacidad para regular las emociones y las actitudes y comportamientos prosociales se asocian con una mayor diversidad ecológica del microbioma intestinal dentro de los individuos. Los hallazgos de la diversidad beta indican que la compasión y la dimensión cognitiva de la sabiduría explican una proporción significativa de la variación en las diferencias de composición de la comunidad microbiana general entre los individuos.

Estos hallazgos tienen implicaciones clínicas potenciales para el desarrollo de intervenciones para reducir la soledad y sus consecuencias relacionadas con la salud. El aumento del apoyo social percibido, la participación en actividades sociales y la sabiduría pueden mejorar la soledad al involucrar objetivos biológicos superpuestos.

Es posible incrementar la sabiduría, particularmente sus aspectos afectivos y prosociales, con intervenciones conductuales. Investigaciones anteriores también sugieren que las intervenciones psicosociales pueden reducir la expresión génica proinflamatoria asociada con la soledad.

Por el contrario, se ha demostrado que las intervenciones probióticas y prebióticas dirigidas al microbioma intestinal reducen la respuesta al estrés del cortisol, la reactividad cognitiva a la tristeza y el sesgo de procesamiento emocional. Esta evidencia presenta la excitante posibilidad de que los futuros “psicobióticos” puedan ser una nueva opción terapéutica para conductas como la soledad.

Por eso, se necesitan futuros estudios longitudinales de diversas muestras para examinar la relación de los cambios en la soledad y la sabiduría con alteraciones en el microbioma intestinal, así como con otros biomarcadores inflamatorios, neuroendocrinos y metabólicos. De manera similar, se deben examinar los efectos de las intervenciones psicosociales sobre la microbiota, así como los efectos de los tratamientos con probióticos sobre la soledad y la sabiduría. Este tipo de investigación ayudará a mejorar nuestra comprensión del eje microbiota-intestino-cerebro.

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Ideas clave

  • Muchos estudios han demostrado la relación entre una mente positiva y la calidad de vida. No se trata de pensar en positivo como una cuestión de fe o ingenuidad, sino de ser justos con los hechos y valorar las cosas buenas al menos en la misma medida que lo hacemos con las negativas.
  • Los pensamientos positivos, las emociones agradables, la actitud proactiva y serena y las conductas dirigidas a alcanzar las metas y objetivos propuestos generan una sensación de bienestar que se retroalimenta poniendo en marcha un circuito de positividad que además se traslada a otras personas y a nuestro ambiente en general.
  • Los pensamientos positivos aumentan la longevidad fortaleciendo el sistema inmune, mejorando la salud cardiovascular, reduciendo el estrés y la probabilidad de sufrir depresión.
  • Según un estudio realizado a lo largo de 8 años centrado en mujeres, las personas optimistas tienen un riesgo notablemente menor de morir por enfermedades graves como cáncer, enfermedades cardíacas, accidente cerebrovascular, enfermedad respiratoria e infección en comparación con los menos optimistas.
  • Con el tiempo, la soledad crónica puede exacerbar o incluso causar problemas de salud mental, incluida la depresión. La soledad también es un factor de riesgo de problemas de salud como la inflamación crónica e incluso la muerte prematura.
  • Este es el primer estudio que muestra que la soledad y la sabiduría, incluido su importante componente de compasión, están relacionadas con la diversidad y composición microbiana intestinal.
  • Las personas con los microbiomas más diversos tendían a clasificarse a sí mismas en un lugar destacado en la escala de compasión, apoyo social, compromiso social y sabiduría. De hecho, el grado en que los participantes calificaron su compasión y sabiduría fue el mayor predictor del grado de diversidad microbiana.
  • En resumen, el estudio sugiere que las personas solitarias "pueden ser más susceptibles a desarrollar diferentes enfermedades", dicen los autores del estudio, mientras que tener un círculo social fuerte, así como un mayor sentido de compasión y sabiduría, puede ofrecer "protección contra la inestabilidad intestinal relacionada con la soledad”, especialmente en la vejez.
  • Este estudio es importante porque implica que la mente y el cuerpo están en sintonía entre sí de una manera que los científicos apenas están empezando a comprender.
  • Una comunidad rica en especies puede ser menos susceptible a la invasión de patógenos exógenos y conferir resistencia y estabilidad.
  • Es posible que la soledad pueda resultar en una disminución de la estabilidad del microbioma intestinal y, en consecuencia, una reducción de la resistencia y la resiliencia a las alteraciones relacionadas con el estrés, lo que lleva a efectos fisiológicos posteriores, como la inflamación sistémica.
  • Por otro lado, el apoyo social, la compasión y la sabiduría pueden conferir protección contra la inestabilidad del microbioma intestinal relacionada con la soledad. La evidencia previa sugiere que el apoyo social percibido puede amortiguar los efectos negativos del estrés crónico sobre los marcadores proinflamatorios. Esos efectos pueden estar mediados por el microbioma intestinal.
  • Estos hallazgos tienen implicaciones clínicas potenciales para el desarrollo de intervenciones para reducir la soledad y sus consecuencias relacionadas con la salud. El aumento del apoyo social percibido, la participación en actividades sociales y la sabiduría pueden mejorar la soledad al involucrar objetivos biológicos superpuestos.

Enfermedades relacionadas

Fuente: Nguyen Tanya T., Zhang Xinlian, Wu Tsung-Chin, Liu Jinyuan, Le Collin, Tu Xin M., Knight Rob, Jeste Dilip V. Association of Loneliness and Wisdom With Gut Microbial Diversity and Composition: An Exploratory Study. Frontiers in Psychiatry. Volumen 12, 2021. https://www.frontiersin.org/article/10.3389/fpsyt.2021.648475. DOI=10.3389/fpsyt.2021.648475

Redacción: Irene García

Supervisión editorial: Tomás Duraj

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