¿Por qué las personas casadas viven más tiempo y más saludablemente que las solteras?

¿Por qué las personas casadas viven más tiempo y más saludablemente que las solteras?

Para todos aquellos en contra del matrimonio o de las relaciones serias o que piensan que “el matrimonio es malo para la salud”, un consejo: son numerosos los estudios que muestran que las personas casadas tienden a vivir más que sus contrapartes solteras… ¿Sigues pensando en no casarte nunca? ¿A qué se debe esta diferencia?

Índice

Las personas casadas viven más, y todos los estudios lo demuestran

Aunque esta frase es cierta para todos, esto es particularmente cierto en el caso de los hombres, quienes estudios previos han demostrado que obtienen más beneficios para la salud del matrimonio que las mujeres.

Los hombres envejecen, su salud empeora y el riesgo de mortalidad aumenta. Sin embargo, no sorprende que el nivel de riesgo esté ligado al estado civil: los hombres casados de 50, 60 y 70 años tienen tasas de mortalidad más bajas que los que no están casados (nunca se casaron, divorciados o viudos).

Las personas casadas no solo viven más que las solteras, sino que la brecha de longevidad entre los dos grupos está creciendo.

La tasa de mortalidad ajustada por edad para los casados disminuyó un 7% entre 2010 y 2017, según un nuevo estudio del Centro Nacional de Estadísticas de Salud (NCHS), parte de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU.

El nuevo estudio informó que la tasa de mortalidad de las personas que nunca se casaron disminuyó solo un 2%, mientras que la de las personas divorciadas no ha cambiado en absoluto.

Los peor parados fueron los viudos, para quienes la tasa de mortalidad aumentó un 6%, con la tasa de mortalidad más alta de todas las categorías.

Sin embargo, aunque decíamos que, hasta ahora, siempre se había pensado que el matrimonio protegía más a los hombres que a las mujeres, probablemente porque tienden a cuidarse menos, un estudio reciente realizado por el Centre de Recerce de Economia del Benestar y las universidades Pompeu Fabra y Rovira i Virgili muestra que las mujeres casadas de la cuenca mediterránea son las que más se benefician de la relación entre matrimonio y buena salud. Es decir, que son ellas las que más años viven y no sólo eso, sino que lo hacen más felices que las solteras.

¿Por qué las personas casadas viven más?

Los intentos de explicar esta ventaja generalmente se han centrado en las siguientes preguntas: ¿Tiene el matrimonio un efecto protector directo, reduciendo el riesgo de mortalidad al proporcionar beneficios como una mejor salud? ¿O el aumento de la longevidad refleja la posibilidad de que las personas saludables tengan más probabilidades de casarse y, por lo tanto, que las personas casadas sean simplemente más saludables desde el comienzo de su vida matrimonial?

El enfoque de estas preguntas sugiere que la conexión entre la longevidad y el estado matrimonial puede explicarse solo por la "protección" provista a través del matrimonio o por la "selección positiva" al matrimonio debido a la buena salud. Sin embargo, existe una tercera consideración: si estar casado es una forma de obtener una mayor protección contra la enfermedad y la muerte, entonces las personas con mala salud pueden tener un mayor incentivo para buscar estos beneficios casándose y permaneciendo casados.

Este mecanismo puede denominarse "selección adversa" en el matrimonio y, en teoría, podría ser un factor tan importante como la selección positiva, aunque por el momento se han llevado menos estudios al respecto. Uno de ellos es el estudio realizado por el Centro RAND para el Estudio del Envejecimiento. Los investigadores utilizaron un conjunto de datos representativo a nivel nacional para rastrear a más de 4.000 hombres durante un período de 22 años. El estudio consideró los cambios en el estado de salud de los hombres junto con el curso de sus principales transiciones matrimoniales: su historial de matrimonio, divorcio, muerte de un cónyuge y nuevo matrimonio. En general, los hallazgos indican que tanto el escenario de protección como el de selección ayudan a explicar la ventaja del matrimonio. Por un lado, la buena salud reduce el riesgo de mortalidad y, en determinadas circunstancias, el matrimonio contribuye a la buena salud. Por otro lado, el estado de salud de los individuos ayuda a determinar su selección para el estado de casados.

Para los hombres divorciados, este mayor riesgo de muerte se explica principalmente por su peor salud. Sin embargo, entre los hombres que nunca se casaron y los viudos, las tasas de exceso de mortalidad están menos relacionadas con el estado de salud autoinformado, un hallazgo que plantea interrogantes sobre los factores que conducen a una muerte más temprana. Investigaciones anteriores han indicado que parte de las ventajas del matrimonio se derivan de la convivencia con una pareja o con otros adultos. Los hombres que nunca se han casado pueden preferir vivir solos, renunciando así a los posibles beneficios de la integración social que prolongan la vida. El aislamiento aumenta el riesgo de determinadas enfermedades, como la demencia.

En cuanto al análisis de si el matrimonio afecta directamente la salud, encontramos resultados mixtos. Las comparaciones de hombres casados y solteros muestran que mientras los primeros son generalmente más saludables, esta diferencia no puede atribuirse simplemente a los efectos protectores del matrimonio. El estado de salud autoinformado de los hombres muestra que, por sí solo, casarse no genera ningún beneficio notable. Sin embargo, las comparaciones de hombres mayores casados y divorciados muestran que los niveles relativos de salud de estos últimos disminuyen significativamente a medida que envejecen. Cuando los hombres divorciados alcanzan los 50 años, pueden esperar que su salud se deteriore mucho más rápido que la salud de los casados. Para este grupo de hombres mayores divorciados, volver a casarse ofrece un beneficio directo para la salud, ya que eleva su salud al nivel de los hombres que han permanecido casados.

Los beneficios para la salud que obtienen las personas que permanecen casados o se vuelven a casar provienen de una variedad de factores relacionados:

- mejor cuidado en tiempos de enfermedad

- mejor nutrición

- un ambiente familiar que reduce el estrés y las enfermedades relacionadas con el estrés

- fomento de conductas saludables y desaliento de las no saludables como beber alcohol o fumar

- apoyo económico, que proporciona ingresos más altos y una mejor pensión al jubilarse

- más posibilidades de tener un seguro médico y una mejor atención médica (clave en países donde no existe una seguridad social, como Estados Unidos)

- apoyo social y compromiso, que benefician la salud física y mental

- los hombres y las mujeres casados son menos propensos a tener problemas con el consumo de alcohol, cometer suicidio y desarrollar problemas mentales

Todos estos factores mejoran la salud de una persona y le ayudan a vivir más. Y también explican por qué a las personas viudas les suele ir tan mal después de la muerte de su cónyuge. Los viudos/as viudos tienen que lidiar con la angustia, la soledad y el estrés financiero sin el apoyo que antes tenían.

Por otra parte, diversas investigaciones afirman que parte del beneficio del matrimonio podría explicarse por el hecho de que las personas con buena salud tienen más probabilidades de casarse. Es decir, viven más porque ya eran más saludables antes de casarse. Al menos según las estadísticas, las personas gozan de buena salud suelen decidirse más por el matrimonio y los menos saludables tienen más posibilidades de quedarse viudos, divorciarse o simplemente no casarse.

Casados… y felices

Por último, la felicidad en las relaciones influye en nuestra esperanza de vida. Según un estudio, las relaciones cercanas proporcionan más felicidad que el dinero o la fama. Estos vínculos nos protegen de las tristezas y las decepciones de la vida, nos ayudan a mantener una mejor salud y predicen una vida larga y feliz mejor que otros marcadores como el coeficiente intelectual, la genética o la clase social.

Además, la satisfacción marital tiene un efecto protector sobre la salud mental de las personas. Una investigación descubrió que las personas que habían tenido un matrimonio feliz a los 80 años se sentían más felices incluso en los días que sentían más dolores. Aquellos que tuvieron matrimonios infelices sintieron más dolor emocional y físico.

En otro estudio, descubrieron que las mujeres que se sentían firmemente vinculadas a sus parejas tenían menos depresión, se sentían más felices y tenían una mejor memoria que las que vivían en matrimonios conlictivos.

Por lo tanto, estar casado es importante para vivir más, pero sobre todo si somos felices en esa relación. De hecho, ser infeliz en el matrimonio también puede ser perjudicial para nuestra salud. Una investigación encontró que mantener un mal matrimonio se relaciona con el aumento de la presión arterial, aunque un buen matrimonio se relaciona con la disminución de ésta. En otro estudio se descubrió que, en comparación con las mujeres que reportaron matrimonios satisfactorios, las mujeres que no estaban satisfechas con sus matrimonios fueron más propensas a desarrollar factores de riesgo cardiovascular con el paso del tiempo. Estos estudios indican que el estrés marital y la insatisfacción también pueden reducir la esperanza de vida.

En resumen, estar casado, o vivir en pareja, puede ayudarnos a tener una mejor salud física y mental lo que nos ayudará a vivir más. Pero no se trata solo de vivir en pareja, sino que es importante que el matrimonio funcione y sea feliz. Por lo tanto, si nunca has pensado en casarte, quizá ahora cambies de idea. Y si ya estás casado, cuida tu pareja. Escúchala, ten confianza y comunicación con ella, preocúpate de cómo se encuentra y qué necesita, mantén viva la llama del amor y de la pasión, ten detalles con ella y, sobre todo, muéstrale tu amor todos los días. Así, ambos seréis más felices y viviréis más.

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Ideas clave

  • Los hombres envejecen, su salud empeora y el riesgo de mortalidad aumenta. Sin embargo, no sorprende que el nivel de riesgo esté ligado al estado civil: los hombres casados de 50, 60 y 70 años tienen tasas de mortalidad más bajas que los que no están casados (nunca se casaron, divorciados o viudos).
  • Sin embargo, aunque decíamos que, hasta ahora, siempre se había pensado que el matrimonio protegía más a los hombres que a las mujeres, un estudio muestra que las mujeres casadas de la cuenca mediterránea son las que más se benefician de la relación entre matrimonio y buena salud.
  • Los hallazgos indican que tanto el escenario de protección como el de selección ayudan a explicar la ventaja del matrimonio. Por un lado, la buena salud reduce el riesgo de mortalidad y, en determinadas circunstancias, el matrimonio contribuye a la buena salud. Por otro lado, el estado de salud de los individuos ayuda a determinar su selección para el estado de casados.
  • Los beneficios para la salud que obtienen las personas que permanecen casados o se vuelven a casar provienen de una variedad de factores relacionados, como mejor cuidado en tiempos de enfermedad, mejor nutrición, ambiente familiar que reduce el estrés, fomento de conductas saludables y desaliento de las no saludables como beber alcohol o fumar, apoyo económico, apoyo social y compromiso, que benefician la salud física y mental, etc.
  • Por otra parte, diversas investigaciones afirman que parte del beneficio del matrimonio podría explicarse por el hecho de que las personas con buena salud tienen más probabilidades de casarse. Es decir, viven más porque ya eran más saludables antes de casarse.
  • Por último, la felicidad en las relaciones influye en nuestra esperanza de vida. Las relaciones cercanas, más que el dinero o la fama, son las que mantienen felices a las personas durante toda su vida. Estos lazos protegen a las personas del descontento de la vida, ayudan a retrasar el deterioro mental y físico y son mejores predictores de vidas largas y felices que la clase social, el coeficiente intelectual o incluso los genes.
  • Por lo tanto, estar casado es importante para vivir más, pero sobre todo si somos felices en esa relación. De hecho, ser infeliz en el matrimonio también puede ser perjudicial para nuestra salud.
  • En resumen, estar casado, o vivir en pareja, puede ayudarnos a tener una mejor salud física y mental lo que nos ayudará a vivir más. Pero no se trata solo de vivir en pareja, sino que es importante que el matrimonio funcione y sea feliz.

Enfermedades relacionadas

Fuente:

  • Baker B, Paquette M, Szalai JP, et al. The influence of marital adjustment on 3-year left ventricular mass and ambulatory blood pressure in milk hypertension. Arch Intern Med. 2000;160:3453-3458.
 
  • Coombs RH. Marital status and personal well-being: a literature review. Family Relations. 1991;40:97-102.
 
  • Lee A. Lillard and Constantijn W.A. Panis, "Marital Status and Mortality: The Role of Health," Demography, 33(3):313-327, 1996.

Redacción: Irene García

Supervisión editorial: Tomás Duraj

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